Tamal y ponche. Foto: Rudy Girón |
Los platillos que las familias guatemaltecas comparten para las fiestas de fin de año, especialmente la Nochebuena, son realmente unos banquetes. No se trata solamente de cocinar algún platillo con ingredientes poco comunes o extravagantes, más bien, compartir con la familia y amigos, son el aderezo perfecto para estos.
Una de las combinaciones de comida y bebida más emblemáticas de los chapines es el tamal con el tradicional ponche de frutas. La mayoría de guatemaltecos disfrutan de un tamal, un vaso de ponche y el pan francés, justamente después de dar el abrazo fraterno, es decir, después de las 12:00 am del 25 de diciembre, en Navidad.
Pero también son incluídos otros platillos deliciosos tanto en la Nochebuena, como al día siguiente. El pavo y la pierna de cerdo ya son también tradicionales en el gourmet de los guatemaltecos.
He escuchado también la opción de los pollos rellenos, jamones, estofados y muchos otros platillos que, principalmente, requieren de la colaboración de la familia completa para cocinarlos.
Por su parte, el chocolate caliente y el café, también figuran infaltables en la mesa de todo guatemalteco, principalmente para hacer frente a los fríos de diciembre que cada vez se disfrutan más.
Sea lo que sea que comamos o bebamos, la invitación en esta Nochebuena y Navidad, sería compartir un poco de lo que tenemos, gracias a Dios y a nuestro trabajo, con la gente más desvalida y que no tiene absolutamente nada que comer, no digamos otras necesidades primarias, como la salud y la vivienda.
Recordemos que uno de los temas principales en el pasado tercer domingo de Adviento, fue la Caridad, una de las virtudes que, sin duda alguna, es de las que más nos destaca a los chapines. El compartir y ayudar a la gente que no tiene, es algo muy singular de nosotros. Así sea.
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